La salud, los derechos y el bienestar de las mujeres y las niñas: globales, equitativos e inalienables

El reciente y sobrecogedor cambio de poder político en Afganistán ha despertado la preocupación internacional por la salud y el bienestar de las mujeres y las niñas. El temor a la erosión de la ya frágil situación de la salud y los derechos de las mujeres en el país está aumentando entre los informes de los medios de comunicación sobre las mujeres que ven restringida su circulación y su acceso a la atención médica.

Afganistán tiene una de las tasas más altas de mortalidad materna del mundo según datos de las Naciones Unidas: unas 638 mujeres mueren por cada 100 000 nacidos vivos. La pobreza, la falta de acceso a los servicios de salud y la desigualdad de género contribuyen a estas cifras trágicamente altas ya que menos del 60 % de los partos son supervisados por profesionales de salud capacitados.

Independientemente del lugar en el que se encuentren, las mujeres y las niñas sólo pueden alcanzar su máximo potencial en términos de educación, salud y derechos sexuales y reproductivos (SDSR), oportunidades profesionales y bienestar personal, cuando se presta atención a todos los aspectos de su salud y cuidado y a la mejora de la situación de las mujeres y las niñas.

Las instituciones que proporcionan empleo, adquisición de habilidades a lo largo de la vida y oportunidades de aprendizaje y educación para las mujeres y las niñas, en última instancia, mejoran las comunidades, los resultados de salud y sirven para estabilizar las regiones y los países. Los compromisos con los elementos internacionales y regionales que salvaguardan la salud y los derechos de las mujeres y las niñas en todo el mundo son esenciales.

Posición de la FIGO sobre el tema

El derecho a la salud es válido dondequiera que vivan las mujeres y las niñas, independientemente de su estatus jurídico; no puede sacrificarse ni comprometerse incluso cuando la agitación política pone a las personas en tal riesgo. El Comité de Derechos Humanos, Refugiados y Violencia contra la Mujer de la FIGOtiene como objetivo reconocer, promover y proteger los derechos humanos de las mujeres y las niñas que enfrentan tales situaciones.

Derechos humanos básicos y establecidos desde hace tiempo

Estos derechos están vigentes y son reconocidos internacionalmente desde hace casi tres cuartos de siglo. Los Convenios de Ginebra de 1949, adoptados como resultado directo de las atrocidades ocurridas durante la Segunda Guerra Mundial, establecen que «las personas protegidas tienen derecho, en todas las circunstancias, a que se respeten su persona, su honor, sus derechos familiares, sus convicciones y prácticas religiosas, así como sus modales y costumbres. En todo momento recibirán un trato humano y serán protegidas especialmente contra todo acto de violencia o amenaza de las mismas, así como contra los insultos y la curiosidad pública. Las mujeres serán especialmente protegidas contra cualquier ataque a su honor, en particular contra la violación, la prostitución forzada o cualquier forma de atentado al pudor». El protocolo adicional de 1977 a los Convenios va más allá y prohíbe explícitamente «los atentados contra la dignidad personal, en particular los tratos humillantes y degradantes, [así como] la violación» contra los no combatientes.

No se puede lograr un desarrollo global equitativo y sostenible mientras se prive a las mujeres del poder de tomar decisiones informadas sobre todos los aspectos de su vida. Esto incluye la SDSR, la salud materna y neonatal, y la opción de acceder a servicios de salud, educación y trabajo confidenciales y sin prejuicios. El acceso a estos servicios integrales no solo es beneficioso para la educación, el empoderamiento, la salud y el bienestar de las mujeres y las niñas, sino que también es beneficioso para sus familias, comunidades y la sociedad en general, desde el punto de vista cultural, social y económico.

Seguir los marcos reconocidos internacionalmente

La FIGO apoya estos principios éticos y de derechos humanos, y recuerda a todos los estados, organizaciones e individuos que existe un marco sustantivo que debe aplicarse para garantizar que la igualdad de género se convierta en parte integrante de la prevención de conflictos, la consolidación de la paz y la reconstrucción y la rendición de cuentas tras los conflictos.

Los derechos de las mujeres y las niñas son particularmente pertinentes cuando las mujeres se enfrentan a la agitación provocada por la guerra y la inestabilidad política. La FIGO destaca los siguientes componentes que son esenciales para garantizar el tratamiento ético continuo de las mujeres y las niñas.

• Respeto por las personas, donde la autonomía y la protección de los vulnerables es importante, especialmente porque las mujeres y las niñas son vulnerables a la falta de acceso a la educación, así como a las carencias sociales, económicas y políticas. Se debe tener cuidado para protegerlas de cualquier daño.
• El beneficio del paciente y la prevención de daños representan el deber del médico de mejorar el bienestar físico y mental del paciente. Los profesionales de salud deben tener la libertad y la autoridad para cuidar de las mujeres y las niñas que sufren daños en las regiones del mundo devastadas por la guerra.
• Justicia: las mujeres y las niñas deben recibir una atención justa, equitativa y adecuada, especialmente en lo que respecta a sus SDSR.
• El reconocimiento, la promoción y la protección de los derechos humanos de las mujeres y las niñas es fundamental, tanto a nivel mundial como nacional. La FIGO se opone firmemente a los matrimonios infantiles y forzados e insta a que se tomen medidas para garantizar que se eviten ya que van en contra de los derechos humanos. 

Compromisos de la FIGO

La FIGO se compromete a:

• mejorar la situación de todas las mujeres y las niñas, permitiéndoles así desarrollar todo su potencial de educación, SDSR, oportunidades profesionales y bienestar personal
• sensibilizar a las redes profesionales sobre una asistencia de salud basada en derechos humanos
• continuar abordando el trato ético de las mujeres y las niñas y, como la Voz Mundial para la Salud de la Mujer, pedir el fin de todas las formas de violencia contra la mujer.
• proporcionar evidencia y recomendar soluciones para poner fin a la violencia contra las mujeres (VCM), a través de la educación, la promoción y la traducción de las investigaciones
• trabajar con líderes de salud de todo el mundo para apoyar sus esfuerzos para:
  • proporcionar atención, apoyo a la salud mental y acceso a los servicios de SDSR
  • fomentar el respeto de los derechos de las mujeres y las niñas
  • sensibilizar a las personas sometidas a la violencia y cómo prevenirla.