Día Internacional de Conmemoración de las Víctimas de Actos de Violencia Basados en la Religión o las Convicciones

El Día Internacional de Conmemoración de las Víctimas de Actos de Violencia Basados en la Religión o las Convicciones es un solemne recordatorio de las devastadoras consecuencias de la intolerancia, la discriminación y la violencia selectiva arraigada en la fe o la ideología. Para la FIGO, cuya misión es promover la salud y los derechos de las mujeres y las niñas de todo el mundo, este día tiene una gran relevancia.
La violencia basada en la religión o las creencias no afecta a todos por igual. Las mujeres y las niñas suelen verse afectadas de forma desproporcionada, siendo víctimas de matrimonios forzados, violaciones, trata de personas, denegación de anticonceptivos y restricciones en su salud reproductiva. En muchos contextos, la religión se utiliza indebidamente para justificar el control sobre el cuerpo y la autonomía de las mujeres, intensificando los ciclos de desigualdad y sufrimiento. Los hombres y los niños también se ven perjudicados, a menudo por el reclutamiento forzoso en grupos extremistas o la exposición directa a la violencia, mientras que las personas que pertenecen a religiones minoritarias, las personas LGBTQ+ y las que buscan la autonomía reproductiva se enfrentan a los efectos agravados de la doble marginación.
La FIGO reconoce que estos daños a menudo tienen su origen en normas sociales, culturales y religiosas profundamente arraigadas. Para hacerles frente no basta con cambiar las políticas, sino que es necesario transformar los valores y las actitudes. A través de la Aclaración de Valores y Transformación de Actitudes (VCAT, por sus siglas en inglés), la FIGO prepara a los profesionales sanitarios para que reflexionen de forma crítica sobre sus propias creencias y prejuicios, especialmente cuando los valores religiosos o culturales pueden obstaculizar la prestación de servicios de salud sexual y reproductiva integrales y basados en los derechos. Este proceso ayuda a los trabajadores sanitarios a defender la ética médica y la dignidad humana al tiempo que se relacionan con las comunidades de forma respetuosa, inclusiva y culturalmente sensible. Al mismo tiempo, la FIGO se compromete activamente con los guardianes que incluyen líderes religiosos y personas influyentes de la comunidad para desafiar el estigma, promover el diálogo y fomentar entornos en los que las mujeres y las niñas puedan acceder a la atención y la protección que merecen.
Por encima de todo, la FIGO hace hincapié en que la dignidad no es negociable. Toda persona, independientemente de su religión o creencias, tiene derecho a ser respetada, a vivir libre de violencia y a acceder a todos los derechos humanos y de salud, incluida la salud sexual y reproductiva. Negar a una mujer el acceso a una atención segura en el parto, a la anticoncepción o a un tratamiento posterior a la violencia no sólo viola sus derechos de salud, sino que también socava los principios más amplios de libertad de pensamiento, conciencia y creencia. Proteger a las mujeres y a los niños de la violencia religiosa de género -ya sea a través de la conversión forzada, el matrimonio infantil o los llamados crímenes de honor- debe ser una prioridad mundial.
A través de sus comités y su plan estratégico, la FIGO se compromete a defender unos servicios de salud sexual y reproductiva (SSR) libres de discriminación, a apoyar a los supervivientes de la violencia con una atención informada sobre el trauma y a reforzar la base de pruebas sobre cómo la religión y las creencias se entrecruzan con los resultados sanitarios.
La FIGO también trabaja con socios interreligiosos para difundir mensajes de paz, justicia e igualdad, garantizando que ninguna fe o sistema de creencias sea utilizado como arma para justificar el daño contra las mujeres y las niñas.
Conmemorar este día internacional no es sólo recordar, sino actuar. Es un llamamiento para hacer frente a las prácticas nocivas arraigadas en el uso indebido de la religión, para transformar los valores y las actitudes de los sistemas de salud y los proveedores, y para defender la dignidad y los derechos de todas las personas. Para la FIGO, esto incluye un compromiso inquebrantable para garantizar que las mujeres y las niñas de todo el mundo tengan un acceso seguro y equitativo a los servicios de SSR, porque negar esto es negar a la humanidad misma.