Mensaje de la Presidenta de la FIGO en el Día Mundial de los Lagos

El Día Mundial de los Lagos nos recuerda que el agua es un recurso humano elemental -fundamental para la vida, la salud y la dignidad- y que debe protegerse urgentemente. Los lagos abastecen a las comunidades de agua potable, alimentos, energía y medios de subsistencia, pero cada vez están más amenazados por la contaminación, el cambio climático y la explotación insostenible. Para las mujeres y las niñas, que cargan con la mayor responsabilidad en la recogida de agua y el cuidado del hogar, los lagos degradados suponen cargas más pesadas, desplazamientos inseguros y una mayor exposición a la violencia de género.
Los contaminantes, incluidos los metales pesados, los residuos industriales y los disruptores endocrinos, contaminan los ecosistemas lacustres, minando la salud reproductiva, causando infertilidad, complicaciones en el embarazo, cánceres y daños intergeneracionales. El cambio climático acelera las inundaciones, las sequías y la proliferación de algas tóxicas, al tiempo que propaga enfermedades transmitidas por vectores como la malaria y el dengue e infecciones transmitidas por el agua, como el cólera y las enfermedades diarreicas, todas ellas afectando de forma desproporcionada a mujeres, recién nacidos y niños.
El colapso de los sistemas lacustres debilita la economía azul, erosionando los medios de subsistencia y la seguridad nutricional. Junto con el Comité de la FIGO sobre Cambio Climático y Exposición a Tóxicos Ambientales, como Presidente de la FIGO hago un llamamiento a la acción urgente: regulación de contaminantes y toxinas, inversión en adaptación climática sensible al género, inclusión de la salud sexual y reproductiva en las respuestas de emergencia y reconocimiento del agua como un bien común global protegido. Salvaguardar los lagos es salvaguardar la salud de las mujeres, la resiliencia de las comunidades y nuestro futuro sostenible compartido.