Eliminación del uso del glifosato a nivel mundial

Trátese de los estudios científicos sobre el aumento de las tasas de cáncer, los trastornos del neurodesarrollo, los resultados del embarazo o los defectos congénitos, hay evidencia que sustenta el efecto que la exposición a los agentes químicos tiene sobre la salud. Estos agentes pueden cruzar la placenta en el embarazo y, como sucede con el metilmercurio, se pueden acumular en el feto y producir secuelas duraderas.

El siguiente pronunciamiento respecto del glifosato refleja una revisión de la literatura y un Principio de Precaución.  Este principio implica que hay una responsabilidad social de proteger al público contra la exposición al daño, cuando la investigación científica ha identificado un riesgo plausible. Estas protecciones podrán flexibilizarse solamente en caso de que surjan otros hallazgos científicos que constituyan evidencia sólida de la ausencia de daño.  En algunos sistemas jurídicos, como la Ley de la Unión Europea, la aplicación del principio de precaución se ha consagrado como requisito estatutario en algunas áreas de la ley.

La Profesora Linda Giudice, presidenta del comité, afirmó:

El Comité de la FIGO sobre Salud Ambiental Reproductiva y del Desarrollo promueve la minimización o la eliminación de la exposición a los agentes tóxicos que tienen el potencial de provocar daños en la salud reproductiva y el desarrollo humano en particular y en la salud humana en general. Respaldamos firmemente el Principio de Precaución de que "Cuando una actividad representa una amenaza contra la salud humana o el medio ambiente se deben tomar medidas de precaución aunque no se hayan establecido plenamente algunas relaciones entre la causa y el efecto". Recomendamos que la exposición de la población al glifosato llegue a su fin por medio de un retiro progresivo a nivel global.

El glifosato y el riesgo para la salud humana

El glifosato se patentó en 1961 y es el herbicida más ampliamente utilizado en el mundo entero. Durante la última década se han liberado seis mil millones de kilogramos a nivel global. Se aplica conjuntamente con otros químicos para reforzar su efectividad. Se ha utilizado para control de cultivos de marihuana, de coca y otros, y en aplicaciones herbicidas desarrolladas mediante ingeniería genética. La exposición al glifosato puede ser directa por la aplicación, o indirecta por su persistencia en la cadena alimenticia. Se encuentra en productos alimenticios y en las fuentes de agua por escorrentía, debido a su uso agrícola. 

Se están adelantando estudios globales para entender el posible impacto sobre la salud humana. En 1985, la Agencia de Protección Ambiental (EPA) clasificó al glifosato como cancerígeno de Clase C. La Clase C significa que hay evidencia que sugiere que puede causar cáncer. En 1991, la EPA cambió la clasificación a E, o evidencia de ausencia de carcinogenicidad en humanos.

En 2015, la Agencia Internacional para la Investigación en Cáncer (IARC) lo clasificó como 2A o posible agente cancerígeno para el ser humano. La IARC tiene un proceso de revisión científica que enfatiza la independencia, el acceso a los datos y la transparencia, con participación del comité científico y observación de IARC, pero sin la participación de muchos grupos (de la industria o no).  La IARC analizó la investigación en animales, el daño del ADN y el cáncer.  

En 2015, la Autoridad Europea para la Inocuidad de los Alimentos publicó un informe en el cual concluía que era poco probable que el glifosato representara un peligro de carcinogenicidad para los seres humanos y propuso una nueva medida de seguridad para hacer más estricto el control de los residuos de glifosato en los alimentos.

El metaanálisis más reciente publicado en 2019, establece que hay una relación contundente entre el linfoma no Hodgkins y el glifosato.

La solicitud de renovación de la licencia del glifosato en la Unión Europea se presentará en 2022 y un panel de estados miembros tendrá a su cargo la evaluación. Francia se ha comprometido a suspender el uso del glifosato y a buscar otros recursos favorables para el medio ambiente.  En 2019, la Alianza para la Salud y el Ambiente (HEAL) citó nuevos estudios que documentaban los efectos transgeneracionales del glifosato y afirmó que, si se demuestra que un plaguicida produce daño a generaciones futuras, representa la oportunidad para que la Comisión Europea adopte medidas cautelares para proteger la salud. A favor de prohibir el glifosato ya firmaron 1.3 millones de ciudadanos.

Fracaso en la protección

Nuestra prioridad debe ser establecer la seguridad en el presente y para las generaciones futuras, antes de que se produzca la exposición a los productos químicos.

La FIGO hace notar el problema inherente de la producción de muchos tipos de agentes químicos que se liberan al ambiente. Según la política actual, es de incumbencia del público, los científicos y los médicos demostrar el daño antes de que esos agentes se puedan retirar del mercado.  Esto contrasta con lo que se le pide a la industria farmacéutica, la cual debe demostrar la seguridad antes de que el público pueda utilizar el producto.

En 2015, reconociendo la necesidad de que una federación mundial enfrente la amenaza de los químicos ambientales tóxicos para la salud reproductiva y el desarrollo del ser humano en el escenario global, la FIGO adoptó su opinión sobre los Impactos para la salud reproductiva de la exposición a químicos ambientales tóxicos. 

Cuando este concepto sobre las exposiciones ambientales se hizo público durante el Congreso Mundial FIGO (2015), también establecimos un Grupo Global de Trabajo sobre el tema de la Salud Ambiental Reproductiva y del Desarrollo (RDEH). Este grupo de trabajo estableció una agenda global sobre el impacto que tiene para la salud femenina la exposición a los agentes tóxicos. Debido a la importancia de esta temática y el reconocimiento del impacto sobre la salud y el bienestar de las mujeres y los recién nacidos en todo el mundo, el grupo recibió reconocimiento por el impacto que ha tenido y pasó a ser Comité formal de la FIGO en 2018.

La FIGO invoca un Principio de Precaución, como se planteó en la Conferencia de Wingspread:

"Cuando una actividad representa una amenaza contra la salud humana o el medio ambiente se deben tomar medidas de precaución aunque no se hayan establecido plenamente algunas relaciones entre la causa y el efecto"  

Llamado a un retiro progresivo a nivel global

La salud mundial debe ser nuestro faro. Recomendamos que la exposición de la población al glifosato llegue a su fin por medio de un retiro progresivo a nivel global.

Acerca de la FIGO

La FIGO es una organización profesional que reúne asociaciones ginecológicas y obstétricas de todo el mundo.

La visión de la FIGO es que las mujeres del mundo alcancen los estándares más altos posibles de salud física, mental, reproductiva y sexual y bienestar durante toda su vida. Llevamos adelante actividades de programas globales, con un enfoque particular en África subsahariana y el sudeste asiático.

La FIGO promueve un escenario mundial, en especial, en relación con los objetivos del desarrollo sostenible concerniente a la salud reproductiva, materna, de recién nacidos, niños y adolescentes y las enfermedades no transmisibles (objetivo de desarrollo sostenible 3). También trabajamos para elevar la condición de las mujeres y permitir su participación activa para reivindicar sus derechos sexuales y reproductivos, incluidos el abordaje de la mutilación genital femenina y la violencia de género (objetivo de desarrollo sostenible 5).

Además, brindamos educación y capacitación para nuestras asociaciones miembros y desarrollamos capacidades para quienes provienen de países de bajos recursos mediante el fortalecimiento del liderazgo, las prácticas recomendadas y la promoción del diálogo sobre políticas.

La FIGO tiene relación oficial con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y estado consultivo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU).